viernes, 11 de marzo de 2016

Capítulo 34: ¿Un reencuentro?

MNos encontramos donde dijimos, y allí estaba Pablo, con su camisa de cuadros y vaqueros, nos sentamos en un banco mientras esperábamos a que llegase María.
-Andaluz, alegra esa cara, que seguro que hoy ligas- dijo dándome un golpe en la espalda. 
-Tampoco quiero ligar sabes, simplemente disfrutar con los amigos- añadí sin mirarlo.
-¿Y porque no lo intentas con Maria?- mientras hablaba lo miré extrañado- ahora me vas a decir que no te has dado cuenta de como te mira.
-María y yo solo somos amigos- y me callé al verla aparecer por la calle.
Iba con un vestido negro suelto por abajo y una chaqueta roja al igual que sus tacones, nos levantamos del banco y nos acercamos a ella lanzándole piropos y dandole dos besos.
-Bueno ¿empezamos?- dije sonriendo
-Lo estoy deseando- contestó ella.

Fuimos así hasta la discoteca y entramos, estaba lleno de gente de nuestra edad e incluso podíamos reconocer algunas caras e intentos de saludos que quedaban en nada por la música. Bailamos entre nosotros, bebíamos y no dejamos de cantar, y así se nos hizo las 03:00. Se notaba ya el calor humano y le dije a los dos que necesitaba salir a tomar el aire, lo necesitaba de verdad. 
Tras pasar las puertas de salida me quedé parado y respiré hondo, y con un poco del efecto del alcohol que estaba actuando cogí el movil y marqué el número de Claudia, pero un golpe que me hizo perder un poco el equilibrio desvío mi atención antes de llamar.
-¿Pero que coño?- dije colocándome la camisa.
-¿No te acuerdas de mi? Niñato- dijo acercándose a mi con dos chicos mas.
No tardé mucho más en darme cuenta de que se trataba del chico que había estado con Claudia y tuvimos esa pelea en la fiesta.
-Tío, lárgate y déjame en paz- dije girándome, pero el me lo impidió.
-Oye toro, ¿y los cuernos?- al escuchar eso le miré- si, Carla me ha contado el desliz de Claudia, al final no ha resultado ser un ángel ¿eh?
-No vuelvas a decir su nombre- y al acabar la frase le empujé.
-¿Que te crees? Estas solo chaval, somos tres contra uno e intentas hacer algo- se acercó a mi y recibí un puñetazo en el estomago- te lo debía.
Me abalancé contra él y sus amigos intentaron pararme, pero me dio tiempo de alcanzar su cara y pegarle. Los dos me sostuvieron mientras el otro me pegaba en el estomago y en la cara, pero no tardaron en llegar algunos porteros, los cuales echaron a los chavales y me sujetaron llevándome a una parte detrás del local.
Me costaba moverme, me dolía todo el cuerpo, me sentaron en una silla en una especie de despacho y me preguntaron si estaba bien o si necesitaba ir al hospital, lo cual me negué y dije que estaba bien.
-Bueno chico, va a venir una compañera por si quieres denunciar a los chavales y si te encuentras mejor puedes irte ¿vale?- dijo uno de los porteros dándome un vaso de agua.
-Vale muchas gracias, la esperaré aquí- respondí después de beber.


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