-"Perdona"- rió- "soy el amigo de tu madre, se ha despertado, y esta consciente"
-"Voy para allá ahora mismo"
-"Yo me quedo aquí hasta que llegues chico"
-"Muchas gracias de verdad"
-"No las des chico"- sonreí y después de despedirnos colgué.
Subí corriendo a mi casa y cuando entré busque con la mirada a Lucía, lo más rápido que pude la cogí entre mis brazos.
-Peque, que mama esta mejor- la abracé y sonrió.
-¿Vamos a ir a verla?- Se quedó sorprendida.
Antes de que yo contestara.
-Me alegro feo- levanté la vista y miré a Carmen.
-Gracias de verdad- sonreí.
Dejé a Lucía en el suelo y le dije que se vistiera, me acerque a Carmen.
-Pues ya esta, ¿no? Todo mejor- dijo Carmen-¿qué tal anoche?
-Bueno bien, la noche bien- sonríe- pero...
-¿Que pasa?- me acaricio la mano y las miré.
-Claudia se va.
-¿Como a donde?
-Del país la semana que viene, se va a Roma- se me quitó la sonrisa de la cara.
Me abrazó, no tardó mucho rato en salir Lucía, me separe y fui hacia a ella y termine de ayudar a vestirse, Carmen dijo que nos acompañaría y así fue los tres fuimos andando al hospital, pero no se me olvido mandarle un mensaje a Cladia "Cielo mi madre se ha despertado voy al hospital" y no tardó mucho en contestarme "Me alegro muchísimo mi niño, avísame si quieres que vaya" le conteste "vale, te quiero".
Llegamos a la puerta y la abrí, mi madre estaba sonriendo mirándonos, mi hermana soltó mi mano y fue corriendo hacia ella, por un momento mi tiempo se paraba y podía ver una sonrisa en el rostro de una de las mujeres de mi vida. Me acerqué a la cama, mi hermana ya estaba abrazándola, la cogí de la mano.
-Mi niños- sonreí a mi madre al hablar.
-Te hemos echado de menos- le abracé.
-Mama ya vuelve q casa- dijo riendo Lucía.
Todo fue entre risas, mi madre se tendría que quedar algún tiempo en el hospital como dijo el médico pero ya era difente, le conté a mi madre todo lo Claudia y me dijo que no me preocupara que era joven y que disfrutara ahora. Saludó a Carmen entre risas y le recordó lo mucho que había cambiado y lo guapa que estaba mientras nos reíamos.
Era preciosa ver como por fin ella estaba despierta, un nudo en la garganta que tenía desde que entró en coma se me fue y por una vez estaba realmente feliz y no quise que esa escena se acabará jamás. Después de pasar parte del día decidimos irnos, pero estaba vez sabiendo que al día siguiente mi madre ya estaría en casa.